De poco dormir
y de toscas tristezas
en trescientas casas inundadas
adentro
sus dueñas inventan cuentos
sus dueñas inventan cuentos
de que un día el río
refalaba sin andamios
tras la inundación
deditos perdidos de un niño manco
deditos perdidos de un niño manco
Pide para sí la negrata
el caule que trae las palabras
que no conocemos
apenas la lengua se traba
el soplido del durmiente
trabilla niña ingrata
es llevada a los lugares
en los que la estela de un día lejano
o que el día anterior estampó
Pide para sí
y la plegaria es escuchada
dormirando el resquebrajado pasar
de los que lamen sus párpados:
los ojos, la maleta y el vestido
muestran lo que no es
olor a metal y a sangre seca
sombralada de un peregrino estival
Para sanar, oculta
el ángel que vino
en un terrible sueño.