martes, 27 de enero de 2009

mr.blue

A pesar de todo, el Señor Azulado detestaba el azul. No soportaba mirarse al espejo y ver algo más azul que el mar(sí, siempre el mar).


De tanto pensar, se arrepentiría y lloraría en un rincón oscuro(y azul), por más que ese rojo fuese maravilloso, le dolía (¡tanto!). En efecto, sus brazos se ahogaban en el Mar Rojo.

Su madre, su perra y ella (my dear), lo lamentaban todos los días.